lunes, noviembre 27, 2006

The Machine

Muéstrame los dientes, tu peor momento fatay! Muchas cunas te alojaron, muchos brazos te soltaron, las fotos fueron y vinieron, y la constante visión que trauma el cráneo que adorna tu pelo y peina las pestañas, en su parpadeo ventilan la mirada profunda de unos ojos con mella sin rendición.
La luz de millones de tormentas trata de opacar la luminosidad facial, pero continúa adelante, como si detenerse fuera la expresión de la última esperanza.
Raudos vehículos la llevan, pero realmente ¿la transportan donde quiere ir? Ni ella lo sabe. Y los faroles alumbran el camino, un camino que las alas amarillas recorren en su inmediatez.
El combustible que corre por sus tuberías no le evita ser alcanzada por los bacilos de los pensamientos sin destino que despedazan un cuadro pintado a la perfección por sus constructores, pero que no resisten el menor atisbo de atención.
Cual reloj solar, el mediodía marca la hora de la traslación. Y la búsqueda de alimento se transforma en un ritual al que peligrosamente le escapa cualquier mortal. Efluvios, cercanías, testigos, prejuicios….son tantos los peligros que la acechan, que la doncella bailarina, danzando escapa!
Un cometa marca la hora de terminar, y sin mirar atrás, sin arrepentimientos y sin remedio, es hora de otros universos por descubrir, de otras galaxias por asombrar, y de otros humanos que albergar………

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